El ejercicio de los cinco millones de pesos: Primera parte

En esta ocasión quiero plantearles un ejercicio que consiste en suponer que una persona tiene una cantidad relativamente grande de dinero, digamos, cinco millones de pesos. No pretende gastar ese dinero a corto plazo pero tampoco tiene la seguridad de que no lo necesite en 20 años. La pregunta es ¿en dónde le conviene guardarlo?

Es lógico que de inmediato pensemos en las 800 opciones que existen dentro de los mercados financieros y en una tonelada de consejos sobre la mejor forma de diversificarlos. Pero en este ejercicio hay una condición: el dinero debe mantenerse en custodia personal y no ingresarse al sistema financiero.

¿Por qué alguien querría hacer algo así?

Antes de sacar conclusiones les invito a considerar que hay múltiples razones que no son reprobables para actuar de esa manera. Por ejemplo, esa persona puede apreciar mucho su privacidad.

En México nos hemos acostumbrado a que cada vez que hacemos una transacción en un portal bancario tenemos que divulgar nuestra geolocalización y hoy la mayoría de las personas lo considera normal. La verdad es que es increíblemente invasivo que los empleados bancarios puedan tener acceso al monto de tus saldos, al uso que le das a tu dinero y a tu ubicación en tiempo real.

Otra posibilidad es que la persona del ejemplo sea muy conocedora de la increíble complejidad de las leyes fiscales y sabe que si deposita su dinero en el sistema financiero siempre tendrá un riesgo de que sus recursos sean congelados por autoridades que tienen facultades muy discrecionales sobre el sentido en el que les conviene aplicar las disposiciones en la materia.

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