En el Daily anterior, platicamos de cómo el gobierno de Estados Unidos se las arregló a principios de los 70 para crear un sistema monetario donde el dólar estaba y aún está respaldado por el mercado de petróleo. Si no leíste el antecedente de esta historia te invito a hacerlo, así como aquellos dedicados a la Reserva Petrolera Estratégica.
Con este arreglo, los países productores de petróleo venden a sus clientes en dólares estadounidenses, con lo que constituyen sus reservas internacionales, mismas que invierten en bonos del tesoro estadounidense. Por otro lado, los países fabricantes de productos, primero principalmente Alemania y Japón, y después China, estaban dispuestos a recibir dólares como pago de sus exportaciones porque los necesitan para comprarles petróleo a los productores y también guardaban sus excedentes mayoritariamente en este instrumento financiero.
De esta forma el gobierno estadounidense logró un acto casi de magia financiera. En lugar de pagar un precio enorme en términos de riqueza nacional por haber abandonado la convertibilidad del dólar con el oro, lograron consolidarse como los amos y señores de la economía mundial.
En el centro de esta economía quedó el mercado de bonos del tesoro porque se volvió el lugar en donde los países, empresas multinacionales e intermediarios financieros de todo el mundo, estacionaban sus excedentes de dinero. Lo que lo convierte en el mercado financiero más líquido que hay.
El resultado de esto es que tenemos una moneda de reserva, el dólar de los Estados Unidos y un activo de reserva, los bonos del tesoro.