"Hay maneras mucho más rentables de planear el momento del retiro que comprarse una casa para rentarla". Este tipo de declaraciones suele generar una buena cantidad de polémica.
En la mente de la mayoría de las personas no puede haber mejor inversión que los bienes raíces. Y aunque es una sana práctica diversificar un portafolio de inversiones en bienes inmuebles, existen otras opciones que la mayoría de los ahorradores en América Latina pasan por alto. Una de las mejores y, sobre todo, más accesibles formas de construir un patrimonio para luego vivir de él es crear un portafolio bien diversificado de acciones que paguen dividendos.
Empecemos por lo más elemental y veamos qué es eso.
¿Cuál es el objetivo fundamental de establecer una empresa?
Todos tenemos muy claro que el objetivo es ganar dinero. Esas utilidades posteriormente se entregan a los socios de la empresa a través del pago de dividendos. Cuando una empresa cotiza en un mercado de valores, cualquier persona puede comprar una participación y ganarse el derecho a la repartición de su parte en el pastel.
Aunque también hay pago de dividendos en empresas que no cotizan en bolsa, es mucho más difícil comprar una parte de esas compañías. Por lo que para efectos de este artículo, nos concentraremos en empresas que cotizan en mercados establecidos. Veamos algunas de las diferencias más importantes entre las inversiones inmobiliarias y la compra de acciones.