En el Daily pasado platicamos de las dificultades que enfrenta la economía china debido al estallido de la burbuja en su sector hipotecario, el cual ha empezado a extenderse a un grupo de empresas a las que se conoce como la banca gris. Si te lo perdiste, aquí puedes encontrar la primera parte de este artículo.
La banca gris son empresas que realizan actividades de intermediación financiera muy similares a las que realizan los bancos formalmente establecidos, pero que no están sujetas a los controles de riesgo que se le requieren a los bancos.
La primera ficha de dominó en caer fue una empresa llamada Zhongzhi Entreprise Group que tenía adeudos con sus clientes por 64,000 millones de dólares. Apenas dos semanas después del desastre de Zhongzhi, otro banco gris, Wanxiang Trust, suspendió pagos por cientos de millones de dólares a muchos de sus clientes.
El caso de Wanxiang seguramente le sonará muy conocido a los lectores mexicanos. Esta empresa era un autofinanciamiento de créditos hipotecarios. En China este tipo de empresas se volvió muy exitoso por ser el canal por medio del cual el ahorro del público llegaba a los desarrolladores inmobiliarios. Los mismos desarrolladores que hoy tienen graves problemas para pagar los créditos que obtuvieron con los bancos grises cuando su modelo de negocio se volvió insostenible.
¿Y cuál era ese modelo de negocio?
Básicamente una gigantesca pirámide. Los desarrolladores obtenían créditos con la banca gris, iniciaban la construcción de proyectos habitacionales que vendían en lo que nosotros conocemos como "preventas", con ese dinero refinanciaban sus créditos y continuaban al siguiente proyecto. El resultado de esto es que hay 20 millones de casas y departamentos de los cuales los constructores ya cobraron los enganches, pero no los han terminado, en muchos casos ni siquiera han empezado la construcción.