¿Delicioso? Comida de curso legal | Segunda parte

El lunes pasado platicamos de la decisión del presidente estadounidense Richard Nixon de romper la promesa de que cada dólar en circulación debía estar respaldado por el oro acumulado en las reservas del Tesoro de Estados Unidos. Con lo cual retiró la restricción que tradicionalmente había impedido al gobierno de gastar ilimitadamente. Aquí puedes leer la primera entrega de esta serie.

Mientras tanto, el precio de la comida se ha disparado de una forma espectacular durante los últimos 50 años. Por ejemplo, un kilo de filete de sirloin costaba aproximadamente USD $1.72 el día después del discurso de Nixon. Para 2022, el precio promedio en Estados Unidos era de USD $23.76 dólares.

Pese a los increíbles avances tecnológicos de los últimos 50 años, que al igual que otras tantas industrias han aumentado la eficiencia en la producción de carne, los estadounidenses promedio han perdido casi un tercio de su capacidad para comprar este tipo de alimentos durante ese periodo. Este cálculo se obtiene de dividir el ingreso promedio de una familia estadounidense en 1971, que era de USD $5,168 dólares, entre el costo de un kilo de carne, lo que daba como resultado que en esa época una familia promedio en ese país podía comprar 8.23 kg al día.

Para 2022, con un ingreso promedio de USD $46,001 dólares al año, pueden comprar 5.30 kg de carne al día. Lo cual todavía sigue siendo mucha comida si no hubiera ocurrido un efecto similar en los precios de otros alimentos ricos en nutrientes como los huevos, la mantequilla y la leche.

Esto es en Estados Unidos, ahora llevemos esto a los países de American Latina en donde hemos visto inflaciones mucho más altas. En un rato de ocio que tengan pregunten a sus padres o a sus abuelos si logran acordarse de lo que valía un kilo de carne en los 70, y luego chequen en cualquier plataforma de entrega de alimentos lo que cuesta hoy.

Mientras que la comida nutritiva ha subido de precio mucho más que los ingresos, la comida chatarra crece a tasas mucho más bajas. Por ejemplo, durante 2022, el mismo filete aumentó 16.4%, el helado, que hoy en día en Estados Unidos es lo último que tiene es leche, aumentó de precio 3.1%, y una caja de Cheerios 2.16%

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