En el Daily pasado platicamos de cómo la jerarquía militar estadounidense ha enviado a la prensa en las últimas semanas señales de que están preocupados por la dependencia que tiene la industria militar de su país de los proveedores chinos.
Para dar un contexto, regresamos 200 años en el tiempo para platicar de cómo la Gran Bretaña había erosionado su poderío militar al darle prioridad a los financieros por encima de la industria manufacturera. Si te perdiste la primera parte, aquí la puedes encontrar.
Se repite la historia
Estados Unidos ha pasado por una historia muy similar a la de la Gran Bretaña desde su victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Al terminar la Guerra, la economía estadounidense representaba más del 50% de la producción en el mundo. Sus industrias dominaban prácticamente en todos los mercados y sus empresas y universidades lideraban la investigación y desarrollo en casi todos los sectores.
Sin embargo, al igual que en la Gran Bretaña, no tardó en surgir una alianza entre un grupo de muy poderosos políticos y la élite financiera. En el caso de Estados Unidos entre un grupo privilegiado que controla el congreso, la burocracia del Departamento de la Defensa, la comunidad de inteligencia encabezada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y las grandes empresas financieras, generalmente basadas en Nueva York, a los que se les conoce simplemente como los señores de Wall Street.