Der Krieg und das auto | Segunda parte

El viernes pasado platicamos de los problemas que enfrenta el mayor fabricante de Alemania, Volkswagen AG que ha amenazado con cerrar plantas y hasta recortar el salario de los trabajadores activos. Aquí puedes revisar el primer capítulo de la serie.

Es muy probable que pocas personas establezcan la relación, pero los problemas se originan principalmente en una confrontación geopolítica que poco tiene que ver con los automóviles.

Recordemos que los negocios les marchaban bastante bien a los alemanes hasta que el 24 de febrero de 2022 el ejército ruso invadió Ucrania. La Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) lanzó múltiples acciones para sancionar a Rusia y, por su parte, los rusos suspendieron el flujo de gas.

Sin embargo, bastaba con que Estados Unidos y sus aliados llegaran a un acuerdo con Rusia sobre Ucrania para que todo regresara a la normalidad. O hubiera podido regresar si el 26 de septiembre de 2022, el Nord Stream, y la segunda etapa del proyecto el Nord Stream 2, no hubiera explotado cortando definitivamente (o al menos hasta que se realicen carísimas reparaciones) el abasto de gas barato a Alemania.

Al día de hoy, la OTAN acusa a Rusia de haber saboteado sus propios gasoductos y los rusos a los estadounidenses de haberlos volado para obligar a Alemania a apoyar a Ucrania hasta las últimas consecuencias.

De hecho, no es tan importante quiénes sabotearon los gasoductos, lo relevante de esta historia es la consecuencia de esta acción.

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