Para sorpresa de "tirios y troyanos" (expresión que le encantaba a mi abuelo y que tardé un buen rato en entender que se refería básicamente a todo el mundo), México (desde donde escribimos B&C Global) hoy es una especie de isla de relativa estabilidad financiera.
Que la mitad del país esté convencida de que la isla no tarda en inundarse es motivo de otra larguísima discusión que podemos abordar después. Pero basta asomar un poco la vista sobre las fronteras para darse cuenta de la clase de desastre monetario que impera allá afuera.
160 diferentes crisis de divisas
Existen alrededor de 160 diferentes divisas en el mundo emitidas por el banco del gobierno de su respectivo país. Dentro del territorio de ese país tienen un monopolio, generalmente ejercido a través de la amenaza de violencia por la policía y el ejército respectivo, por lo que tienen amplia liquidez y aceptación. Pero fuera del territorio nacional, en el cual el poder del garrote gubernamental se diluye, la mayoría de las monedas pierden esos atributos.
En cierto sentido, las monedas son como fichas de casino. Muy útiles para jugar y comprar cosas dentro de las paredes del casino, pero simples pedazos de plástico afuera. Si esta idea no te convence, piensa si te sería posible pagar en Ciudad de México, Buenos Aires o Los Angeles con estos billetes: