En las últimas semanas hemos visto y escuchado un alud de noticias sobre las acciones del gobierno del presidente Trump.
- La batalla con Gustavo Petro, el presidente de Colombia, sobre la aceptación de aviones llenos de inmigrantes.
- Apenas unos días después, Mr. Trump volvió a la carga y arremetió con la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá así como 25% a las compras provenientes de China.
- 48 horas después, los aranceles fueron suspendidos por un mes a cambio de concesiones que en muchos casos ya se habían otorgado o no tienen nada de particular.
Todo eso tiene a los opinadores de oficio enloquecidos con explicaciones que giran de alguna forma alrededor de que Trump está loco, es un imperialista, neocolonialista y agresor del orden internacional. Esta narrativa alimenta la victimización latinoamericana, pero no explica gran cosa.