Hoy les presentamos la tercera parte de la serie dedicada al dinero. Aquí pueden consultar el primer y segundo capítulo.
Resulta que existe una pequeña isla en el Pacífico llamada Yap, cuyos habitantes encontraron una de las más curiosas soluciones para tener una moneda cuyas características les permitieran llevar un registro efectivo de la propiedad.
La gente de Yap utilizaba grandes piedras talladas perforadas por su centro como dinero llamadas piedras rai, las cuales tenían diferentes tamaños. Había ejemplares de unos cuantos centímetros de diámetro hasta algunas de más de tres metros y de varias toneladas de peso.
Una vez talladas estas piedras no se movían de lugar. Cuando ocurría una transacción comercial los involucrados anunciaban públicamente que la propiedad de la piedra rai había cambiado. Así que se conservaba en la tradición oral de los habitantes de Yap era el registro de quién era el dueño de tal o cual piedra.